El pasado 16 de octubre de 2013 el Consorcio de Bibliotecas Universitarias de Cataluña (CBUC) programó una sesión dedicada al intercambio de experiencias en el desarrollo de colecciones digitales, en la que nueve expertos compartieron con el público asistente –que abarrotó la sala de actos del CBUC– escenarios conceptuales de referencia y recetas take-away, con el objetivo de asimilar el panorama actual de tendencias en desarrollo de colecciones digitales, y evaluar qué estrategias y procesos técnicos son recomendables o descartables para integrar en sus propias colecciones.
A partir de un programa coordinado por Ciro Llueca (Biblioteca de Catalunya) –coautor de esta crónica–, el “Intensivo de Colecciones Digitales” fue inicialmente una propuesta del Col·legi Oficial de Bibliotecaris-Documentalistas de Catalunya, pero que al ser cancelada acabó siendo asumida por el CBUC, catalizador de la cooperación bibliotecaria en Cataluña.
Tras unas palabras protocolarias de Miquel Puig, vicepresidente del CBUC, Eugènia Serra (Biblioteca de Catalunya) presentó “Colecciones digitales: destino Europeana”; Cristina Azorín (Universitat Autònoma de Barcelona) “Secretos desde la cocina del repositorio institucional”; Lluís Vicente (Ateneu Barcelonès) “Social, móvil y local: colecciones patrimoniales en tiempo de crisis”; Patricia Russo (Grupo de software libre del COBDC) “El mapa del software libre”; Lluís Anglada (CBUC) “Cooperación sí o sí”. Tras la pausa para el almuerzo, Ramon Ros (CBUC) “Open Linked Data para todos los públicos”; Jordi Serrano (Universitat Politècnica de Catalunya) “Social tagging y otras maravillas de la ciencia”; Rafael Roset (Institut Cartogràfic de Catalunya) “Georeferenciación en objetos con denominación de origen”, y finalizó Ricard de la Vega (CESCA, Centre de Serveis Científics i Acadèmics de Catalunya) con “Top Ten-dencias Tecnológicas”.
En total, fueron 9 sesiones con buen ritmo y muy amenas. Los asistentes –miembros de las instituciones de forman el CBUC y profesionales procedentes de bibliotecas, archivos y museos catalanes que han creado y mantienen colecciones digitales patrimoniales o de investigación– salieron de allí con ideas y experiencias que dejaron de sonar futuristas.
La BC, a toda máquina
Eugènia Serra dedicó su exposición a los requisitos que Europeana plantea en su nuevo convenio a las instituciones que desean incluir sus colecciones, detallando el EDM (Europana Data Model), que si bien sigue sin ser obligatorio (por un tiempo el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte lo consideró de obligado cumplimiento) sí es recomendable para enriquecer las colecciones del agregador europeo. Tras el relato de metadatos y requisitos técnicos, Serra habló del rol de acompañamiento que la Biblioteca de Catalunya viene ejerciendo para los centros patrimoniales catalanes con aspiraciones europeanas, así como de las cuestiones pendientes de concretar: su modelo de negocio; el sistema incremental de capturas –para evitar colectar toda la colección de metadatos en cada proceso de harvesting–; y la duplicación de esfuerzos de esa y otras instituciones, que causan que cada colección cuente con diversas copias de sus fondos (Hispana, BV Miguel de Cervantes, MDC, etc.). La tenaz directora de la BC, que no ocultó su aspiración de convertir la Biblioteca de Catalunya en agregador nacional de Europeana, completó su ponencia con la presentación de “Transcriu-me!” (¡Transcríbeme!), una aplicación que permite a la BC disponer en línea diversas colecciones de manuscritos digitalizados, que por medio de crowsourcing (participación de los usuarios), son transcritos. La exitosa experiencia ha permitido transcribir parte del fondo epistolar del poeta Joan Maragall.
“La calidad no acostumbra a ser un accidente”
Cristina Azorín, responsable del repositorio institucional DDD dedicó su exposición a los ingredientes que habían conducido a crear –y sobretodo mantener– un repositorio de referencia, el español mejor situado en el Ranking Web of Repositories. A partir de un relato gastronómico –donde Azorín es una de las cocineras– la descripción de la experiencia se refirió a la cocina (uso de un software específico –Invenio–; estructura arbórea de contenidos; duplicación –para preservación– de sus contenidos; ausencia de handle; ausencia de registros sin objeto digital; organización por medio de tipologías documentales); a los instrumentos (el mandato institucional –aprobado en 2012, con el repositorio ya consolidado–; reciclaje de catalogadores; procesos de documentación y procedimentación; uso de gestores de tareas —Redmine–; gestión de licencias); a los ingredientes (producción científica de PDI; vaciado de guías docentes; trabajos académicos de los estudiantes; proyectos de digitalización retrospectiva); y a los consumidores. Cristina Azorín se refirió continuamente al deber de implicar a profesores e investigadores –rehuyendo la fórmula Iceman (llamar y esperar que te lo traigan a casa), y apostando por la opción “mercado” (desplazarte, hablar con los productores, negociar)–, sin bien desmitificó el autoarchivo, del que el repositorio de la UAB bebe solo puntualmente. “La calidad no acostumbra a ser un accidente”, fue una de las frases colofón de Cristina Azorín, referente indiscutible en gestión inteligente de repositorios institucionales.
¡Sí, se puede!
Lluís Vicente dedicaba su speech a la difusión de colecciones patrimoniales en tiempos de crisis, y lo hizo presentando la última novedad del Ateneu Barcelonès, el Arxiu de la Paraula, que se presentaba a los medios de comunicación esa misma tarde. El portal –que no ha supuesto coste directo alguno a la Biblioteca, ha sido creado con el software Omeka— tiene como objetivo difundir el testimonio oral del debate cultural, social y político en Cataluña de los últimos 40 años, por medio de la difusión de 400 conferencias de audio y 200 en vídeo de personalidades catalanas (de las 4.000 que están pendientes de digitalización) que pasaron en su día por el Ateneu, y aspira a convertirse en una herramienta de referencia de universidades, medios de comunicación y ciudadanos curiosos. La visión estratégica de Vicente se puso de manifiesto en la aplicación del modelo de Canvas a los proyectos de su centenaria institución, para la que busca en cada acción de la biblioteca el mayor impacto en los socios del Ateneu, y los medios de comunicación catalanes. Lluís Vicente, entusiasta y provocativo, apuntó a los próximos proyectos de su energético equipo, basados en la difusión de sus colecciones digitales para promover servicios de valor añadido para el sector turístico, que aporta solo a Barcelona 16 millones de pernoctaciones al año.
Software libre geolocalizado
Patricia Russo es desde hace años una pionera del software libre para servicios de información en España. No en vano fue, en 2005, una de las impulsoras de la presencia de Richard Stallman –padre del software libre– en una celebrada jornada para bibliotecas en Barcelona. Y pese a que en los últimos años ha trabajado en gestión de contenidos web y arquitectura de la información para el sector privado, su participación en el Grupo de Trabajo de Software Libre del COBDC no ha disminuido un ápice. Como portavoz para la ocasión de ese potente grupo, Russo narró la experiencia llevada a cabo para geolocalizar y tipificar en España las experiencias de bibliotecas y servicios de información que cuentan con programario libre. A partir de constatar una necesidad –los mensajes en las listas de distribución pidiendo ayuda para hallar el software de gestión adecuado para cada caso–, se creó el Mapa del software libre en España con el objetivo de promocionar ese tipo de programario, aumentar la visibilidad de esos proyectos, poner en contacto profesionales de ámbitos geográficos dispersos con intereses comunes, así como recopilar datos para facilitar estadísticas de uso. El Mapa, que se nutre de las aportaciones de la comunidad de administradores y usuarios, ha llegado a las 100 entradas a los pocos meses de vida y Russo no dejó pasar la ocasión para animar a los asistentes a participar en el proyecto.
La economía de la atención
No es ningún secreto que Lluís Anglada es uno de los profesionales españoles más influyentes en el panorama internacional. Miembro de la comisión ejecutiva de LIBER (Association of European Research Libraries), ha hecho de la cooperación bibliotecaria su filosofía de trabajo. Al frente del CBUC ha sido el pionero en todos los campos: en la creación de catálogos colectivos (CCUC, 1992), en préstamo consorciado (PICA, 1997), en repositorios (TDR, 2001), en almacenes cooperativos (GEPA, 2008), y en sistemas de preservación LOCKSS (Metaarchive, 2011), y su ponencia, “Cooperación sí o sí” se centró en dos aspectos clave de la cooperación: las alianzas (locales, territoriales, internacionales), y la necesidad de causar impacto, de captar la atención del público (político, técnico, usuarios finales) y cultivar así el efecto multiplicador de los servicios bibliotecarios. Divulgador de las tesis de Thomas H. Davenport, creador de conceptos como la “Ecología de la información” (1997) o la “Economía de la atención” (2001), Anglada reclamó la cooperación como condición sine qua non de los proyectos y servicios bibliotecarios: por la necesidad de ejercer una fuerte atracción gravitacional, por economía de escala, y para satisfacer las necesidades informativas de los usuarios finales. “Con alianzas o nada”, fue la frase en las que más insistió Lluís Anglada.
Regreso al futuro
Ramon Ros asumió para el Intensivo los Linked Open Data, concepto que acuñó en 2007 Tim Berners-Lee, el mismo que ha definido esos datos enlazados como la “web semántica bien hecha”. En su ponencia, el experimentado Ros aplicó sus dotes divulgativas para contrastar las limitadas capacidades actuales de los buscadores (la infoxicación causada por la búsqueda de imágenes del término montserrat) y exponer lo que aportarán los LOD a los buscadores en la vida cotidiana de las personas (“encuentra una biblioteca que esté a menos de 5 km y que esté abierta a las 6 de la tarde”), por medio de la indización no de páginas web, sinó de los datos que contienen. Ramon Ros, jefe de Informática del CBUC desde 1997, detalló exhaustivamente el proyecto de datos enlazados realizado por cooperación del consorcio catalán (que desarrolló la aplicación por medio de Omeka), el Institut Cartogràfic de Catalunya (que aportó la cartografía, aplicada a Google maps) y el Centre Excursionista de Catalunya (que aportó una colección digitalizada de fotografías de 1923 a 1936) para ubicar y poner a disposición del público 7.700 imágenes de masías catalanas. Sólo el futuro dirá cuáles son los límites de los LOD.
Folksonomías
Jordi Serrano centró su intervención en “Social tagging y otras maravillas de la ciencia”, la descripción participativa de documentos para catálogos y otras herramientas emergentes de servicios de información. También conocido por folksonomía, es el resultado de las aportaciones descentralizadas, sin relaciones jerárquicas, que permiten descubrir tendencias y nuevas contenidos, puesto que enriquecen los OPACs tradicionales, donde únicamente los catalogadores participaban. Serrano, polifacético jefe de Recursos digitales en el Servicio de Bibliotecas, Publicaciones y Archivo de la Universitat Politècnica de Catalunya, mostró un aperitivo de diversas experiencias existentes (Palos Verdes Library District, LibraryThing, discovery tools), y insistió en la necesidad de prestigiar la participación y motivar a los usuarios por medio de imaginativos incentivos, así como técnicas de gamificación. A preguntas del público, Jordi Serrano estableció en 150 personas el mínimo de personas para contar con una masa crítica suficiente, toda vez que confirmó la tendencia de aprovechar las aportaciones públicas a otras plataformas (Amazon) para dotar de contenidos a los catálogos clásicos.
La fuerza de la comunidad
También centró su exposición Rafael Roset en una experiencia que tuvo un rotundo éxito de participación: la georeferenciación de mapas antiguos en el Institut Cartogràfic de Catalunya. A partir de la premisa según la cual un mapa se convierte en una imagen por medio de su digitalización, y la georefenciación añade coordinadas geográficas a esa imagen, calcularon la inversión de tiempo necesaria para los mapas del ICC, a 20 minutos por mapa, según el tiempo estimado que requiere su personal. Se han realizado dos llamadas a la participación de los internautas, que por medio de Georeferencer han referenciado 1.000 mapas (en 24 días, 88 usuarios únicos), y 500 mapas (21 días, 42 usuarios únicos). Por medio de la gamificación (visitas profesionales al centro) han motivado esa elevada respuesta popular, posibilitando la creación de supermapas, donde cada imagen cartográfica se superpone al mapa de Google, posibilitando el acceso a versiones antiguas de la cartografía mundial, que forma parte de la colección de 300.000 mapas del instituto cartográfico catalán. El experto Rafael Roset compartió con los asistentes datos relativos al uso de los internautas de la Cartoteca Digital del ICC, demostrando que tiene una cartera de usuarios muy fiel, y un material que ofrecer de altísimo valor.
Gartner al habla
Ricard de la Vega –como su homólogo del CBUC, Ramon Ros— ha participado en la mayoría de proyectos tecnológicos de bibliotecas y servicios de información catalanes de la última década. Ello –y posiblemente el Máster de Emprendeduría e Innovación que está cursando en la UPF– le adjudica una posición privilegiada para describir el presente y realizar prospección de lo que se avecina. Un inspirado De la Vega superó con creces el reto planteado para el Intensivo, y se arriesgó a plasmar el topten de tendencias tecnológicas. A partir del célebre ciclo de sobreexpectación de Gartner, el jefe de Portales y Repositorios del CESCA expuso al público los detalles aplicados a servicios de información en Big data; los Cloud; la Mobilidad (“de nuevo, aplicaciones instaladas en nuestros dispositivos”); la Interoperabilidad; el Geoposicionamiento; los Entornos colaborativos (“el e-mail ha muerto, demos paso a los gestores de tareas”); los Actionable Analysis (“si el perfil baja de 100 de visitas, publica una novedad”); la Gamificación; las metodologías Lean (“ante la incertidumbre en proyectos TIC, implicar al usuario de principio a fin”) ; y otros aspectos como la web semántica, los Moocs, los Research data, etc. Traca final la de Ricard de la Vega, que quiso cerrar la jornada con una frase que hubiese firmado el mismo F.W. Lancaster: “Son solo herramientas: las TIC cambian, lo que importa es la adaptabilidad de los profesionales a esos cambios”.
Creemos que el Intensivo de Colecciones Digitales programado por el CBUC fue una experiencia intensa, amena, y muy variada, que permitió al público asistente llevarse una radiografía de lo que se cuece –y se enriquece– en bibliotecas digitales y servicios de información. La capacidad intelectual, el esfuerzo y el trabajo voluntario de los ponentes –sólidos profesionales del panorama catalán- lo hicieron posible. Se cumplieron los objetivos del monográfico: acercar a los asistentes algunas buenas prácticas –por supuesto, no todas las existentes–; descubrir las tendencias emergentes; y estimular la reflexión sobre la implementación y mejora de las colecciones digitales. Fue una jornada gratificante.
Por Jordina Escala (Vinseum) y Ciro Llueca (Biblioteca de Catalunya), fotografías de Iris Parusel (CBUC).