Academic Communication Journals 2015: Open Access, hábitos de publicación y agencias de evaluación

0. Introducción

El pasado 27 de febrero de 2015 tuvo lugar el Academic Communication Journals (1st International Conference) en el Departamento de Comunicación de la Universidad Pompeu Fabra, Barcelona.

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Bienvenida a cargo del Rector de la UPF, Josep Casals, y del Decano de Comunicación José Fernández Cavia

Hubo una sesión plenaria de mañana y dos sesiones paralelas de tarde. A continuación algo de lo que he aprendido sobre Open Access, nuestros hábitos de publicación en el campo de la Comunicación y algo sobre las evaluaciones de la ciencia. Intervienen aquí mis preocupaciones, manías y preferencias, y por tanto, está claro que hay un sesgo personal. En todo caso, ahora las presento en forma resumida y luego las desarrollo:

  1. Open Access: está lleno de malentendidos
  2. Hábitos de publicación de autores y editores en el ámbito de la Comunicación en España: lo hacemos (casi) todo mal.
  3. Evaluación de la ciencia: al alcance de la mano apretando un botón; no hace falta crujir a informes a los investigadores.

 

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Ernest Abadal, profesor y Decano de la Facultat de Biblioteconomia i Documentació de la Universitat de Barcelona

 

1. Open Access

Tuvimos una excelente ponencia sobre Open Access a cargo de uno de nuestros mayores expertos en el tema, el Dr. Ernest Abadal, de la Universidad de Barcelona. Su presentación fue impecable: útil, inteligente y directa, centrada en las revistas académicas de Comunicación.

¿Por qué digo que está lleno de malentendidos? Muy sencillo. Por los debates y comentarios (de pasillo) que sigue después es fácil detectar un déficit de comprensión de este tema. Lo voy a intentar representar a partir del juego de las afirmaciones que solamente pueden ser VERDADERAS o FALSAS. Veamos cuatro de estas sobre el Open Access:

  • Elimina el derecho de autor. FALSO. El Open Access implica publicar (o poner a disposición) materiales y artículos mediante licencias de tipo Creative Commons, pero ni mucho menos modifica aspectos morales del derecho de autor (sería ilegal) tales como la autoría o atribución de la paternidad de la obra.
  • Impide a los editores financiar su actividad. FALSO. El Open Access implica una vía de acceso libre a los contenidos, pero no impide a las empresas u organismos editores obtener ingresos con los que pagar a sus empleados e, incluso obtener beneficios legítimos con diversos modelos de negocio ( y sí, yo también adoro cobrar a fin de mes).
  • Obliga a pagar a los autores para poder publicar. Aunque también es FALSO, al menos tiene más base que las dos anteriores. Todo viene de que una de las vías de financiación de la actividad editora es el denominado APC, por las siglas de Article Processing Charge. Implica que el coste de procesamiento y edición de los artículos, si las revistas se publican en abierto y gratis, tiene que ir a cargo de alguien («no existen los almuerzos gratis», como dicen los economistas). Parece lógico que este alguien sean los autores del artículo, quienes a su vez van a ser los más beneficiados por la publicación (acreditaciones, sexenios, etc.). Pero que vaya a cargo teóricamente de los autores no significa ni que sea la vía obligatoria de financiación del open access, ni que los gastos los ponga el autor de su bolsillo. La realidad es que los costes del APC suelen ir a cargo de los proyectos de investigación, que a su vez, se financian con dinero público. ¿Quién paga, entonces? Pues pagan todos y cada uno de los contribuyentes con sus impuestos, y no (necesariamente) el autor. Además, hay otras vías de financiación: como el patrocinio, los subsidios, las suscripciones institucionales, los consorcios de usuarios o la publicidad, sin mencionar la vía que consiste en el auto archivo de artículos en repositorios con o sin embargo previo.

 

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Philip Purnell, Thomson Reuters

 

Los problemas reales del APC, que los hay, pueden ser otros. Vamos a examinar dos muy sensibles:

  • La existencia de las predatory editorials. Se denominan así porque sólo buscan obtener ingresos a costa del APC, sin implantar un verdadero sistema de peer review ni ningún control de calidad. Las víctimas son los autores incautos, desesperados por publicar. Hay una lista de editoriales sospechosas de ser «predatory», y se puede consultar aquí.

 

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Thomas Hanitzsch, editor de la revista Communication theory

 

  • La carencia de fondos en países con bajo o nulo presupuesto público para la investigación científica. Es evidente que en países donde no existan programas estatales de investigación para financiar los APC, sus investigadores no van a disponer de fondos con los que afrontar este gasto. Es verdad que en esos países, posiblemente tampoco tengan políticas educativas públicas que permitan igualdad de oportunidades para acceder a la educación, así que el problema es aún mayor. De hecho, es un problema enorme y debería ser intolerable, pero no parece entonces que debamos culpar al open access. Al menos, gracial a él en esos países tienen acceso al conocimiento de las publicaciones que se acogen a este régimen, a coste cero.

 

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Debate: Maxim Khan, Elsevier; Thomas Hanitzsch, Communication Theory; Enrique Herrera-Viedma, Universidad de Granada; Ernest Abadal, Universitat de Barcelona

 

2. Hábitos de autores y editores

Otra gran conferencia, esta vez a cargo del Dr. Félix De-Moya, del CSIC, consistió en una precisa (y preciosa) radiografía de los hábitos tanto de autores como de editores de revistas académicas de comunicación españolas.

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Felix De-Moya-Anegón, profesor de investigación del CSIC-CCHS, y director del SCImago Research

Como tuve oportunidad de decirle al propio conferenciante, con su análisis nos había mostrado tres o cuatro cosas que hacemos mal, y por tanto nos está mostrando qué cosas hemos de mejorar. La buena noticia es que publicamos mucho más que hace sólo una década; por lo tanto en esto hemos mejorado mucho (¿lo dudaban?), pero lo cierto es que a la vez publicamos poco:

  • En colaboración. En las ciencias maduras, las publicaciones de un sólo autor son casi una rareza. En el campo de la comunicación todavía es habitual.
  • En colaboración con otras universidades. Cuando publicamos en colaboración, solemos hacerlo con colegas de nuestra misma universidad.
  • En colaboración con universidades de otros países. Aquí las cifras se arrastran por el suelo. Además de que publicamos poco en colaboración con otras universidades, casi nunca publicamos con autores de otros países.
  • En publicaciones internacionales. El grueso de nuestra producción en forma de artículos en revistas ISI o Scopus se mantiene en revistas españolas de ámbito regional, puesto que publican en español (sin embargo, una revista puede ser española e internacional a la vez, por supuesto).

Así que el camino que el análisis de De-Moya nos muestra consiste en que como autores hemos de:

  • Buscar formas de publicar en colaboración: ¡nunca más envíes un artículo con tu firma en solitario! Por si acaso, recordemos aquí las normas del COPE sobre las buenas prácticas y los aspectos éticos en las autorías.
  • Buscar formas de publicar con autores de otras universidades, y a poder ser, de universidades de otros países; así que: ¡a bucear en las bases de datos y contactar con autores extranjeros que publiquen en nuestros temas y a proponerles colaboración! Y aprovechar los congresos internacionales para hacer networking.

Los editores de revistas españolas de Comunicación también tienen algunas cosas que mejorar. Si quieren dejar de ser consideradas publicaciones regionales por parte de las grandes bases de datos ISI y Scopus y de sus usuarios, así como subir sus índices de impacto, deben:

  • Publicar en inglés. Puede ser como lengua única o pueden publicar en inglés y en una segunda lengua nacional, por ejemplo en castellano, francés, vasco, portugués o catalán. Pero el inglés siempre debe estar presente.
  • Internacionalizar su cuerpo editorial. Al menos dos terceras partes del cuerpo editorial deben ser externos a la organización que publica la revista, y la mayoría de esos dos tercios deberían ser autores de universidades u organizaciones de otros países.
  • Establecer políticas editoriales que favorezcan los artículos escritos en colaboración con autores de distintas universidades y, a poder ser, de diversos países. Favorecer no quiere decir limitar. Pueden (y deben) publicar artículos en colaboración con autores de la misma universidad, ya que de lo contrario podrían verse obligados a rechazar trabajos independientemente de su calidad, y esto sería absurdo. Favorecer significa, por ejemplo, decirlo así en su política de contenidos y aplicar ese criterio en situaciones donde, a igualdad de otros factores, éste sea un criterio que ayude a decidir, o filtrar o «rankear» artículos cuando tengan un exceso de ofertas.

Otros aspectos en los que, como autores, somos absolutamente contradictorios es cuando, en las pocas veces que publicamos en revistas internacionales, citamos a autores de la otra punta del planeta y se nos olvida citar a los autores de las mismas revistas españolas en las que nosotros hemos publicado antes. Además de publicar poco fuera, cuando tenemos oportunidad, nos pegamos un tiro en el pie cerrando aún más la posibilidad de que las publicaciones españolas aumenten su factor de impacto. Absurdo y bobo a partes iguales.

3. Evaluación de la ciencia

Vuelvo con la conferencia del gran De-Moya. Con su presentación, nos demostró (indirectamente) que algunos rectorados de universidades españolas y algunas agencias de calidad universitarias viven en el siglo XIX. Se pueden hacer análisis extremadamente inteligentes y con una altísima capacidad orientadora (y predictora) sin crujir a los profesores de universidad a base de la enésima autoevaluación explicando, OTRA VEZ, lo que ya está disponible en las bases de datos a las que tienen acceso.

En el siglo del big data, seguir pidiendo a los investigadores que rellenen a mano formularios interminables, introduciendo los mismos datos una y otra vez es como mandar un mensaje en diligencia de caballos en la era del correo electrónico.

 

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Mesa redonda con representantes de revistas: Tomàs Baiget, El profesional de la información; Maria Corominas, Comunicació; Rebeca Romero, L’Atalante; María-Carmen Fonseca, Comunicar; Gonzalo de Lucas, Cinema Comparat/ive Cinema

 

Está previsto celebrar la 2ª Conferencia ACJ en 2016.

Luis Codina, profesor, Departamento de Comunicación, Universitat Pompeu Fabra.

http://www.lluiscodina.com/author/lcodina

 

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